Low-Code: cuándo aplicarlo y qué problemas soluciona
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El low-code ha sido implementado con éxito por instituciones públicas, financieras y educativas, entre muchas otras, ahorrando tiempo y costos. Para el 80% de los usuarios, este tipo de herramientas mejora la productividad. Conoce cuándo aplicarlo y qué problemas solucionar con este enfoque.Actualmente existe un amplio registro de casos de éxito en la implementación de low-code para el desarrollo de programas que responden a necesidades específicas. Por ejemplo, la firma automotriz Toyota logró migrar sistemas heredados, acelerar el desarrollo y mejorar su productividad al establecer un “Centro de Excelencia Low-Code”, empezando con una aplicación pequeña desarrollada con la herramienta Outsystems. Esta innovación redujo cerca del 30% las horas de trabajo para el desarrollo de dicha aplicación.Otro ejemplo es el de Key Bank, en Estados Unidos, que logró reducir el ciclo de crédito en 20%, acelerar procesos de inversión en 50% y agilizar los procesos de depósitos en más del 30% al usar la misma herramienta como parte de su estrategia de hiperautomatización, lo cual requirió el desarrollo de aplicaciones e integraciones para sus procesos críticos. Pero antes de determinar cuándo aplicar este enfoque es necesario definir qué es el low-code y no confundirlo con cualquier herramienta de automatización.
¿Qué es low-code?
Consiste en un enfoque de desarrollo de software que está revolucionando la forma como las empresas crean aplicaciones. Según analistas como Gartner y Forrester, se trata de plataformas que permiten construir soluciones digitales a través de interfaces visuales, modelos y componentes preconstruidos, reduciendo al mínimo la necesidad de programar línea por línea. Esto no significa que el código desaparezca por completo, cuando es necesario, los desarrolladores pueden extender las funcionalidades con programación tradicional, logrando así un equilibrio entre rapidez y personalización.En el ámbito académico, la literatura lo describe como un conjunto de herramientas de ingeniería dirigida por modelos, diseñadas para reducir el esfuerzo de desarrollo y acortar el camino hasta tener una aplicación lista para producción. Este enfoque técnico respalda lo que ya se observa en la práctica: equipos más ágiles, capaces de entregar resultados en semanas en lugar de meses.El sector público en países desarrollados también ha reconocido el potencial del low-code y no-code. Diversas agencias lo definen como una forma de acelerar el desarrollo y democratizar quién puede crear soluciones digitales. En otras palabras, estas plataformas abren la posibilidad de que no solo los expertos en programación participen en la innovación, sino también usuarios de negocio y perfiles no técnicos, siempre dentro de un marco de gobernanza.
¿Cuándo aplicar el low-code para desarrollar aplicaciones?
De acuerdo con una publicación de Forrester, las plataformas low-code se recomiendan en los siguientes casos:
Para acelerar el time-to-marketCuando una organización tiene demandas de aplicaciones digitales urgentes y plazos ajustados, el low-code suele ser una opción ideal. Las plataformas visuales, componentes preconstruidos y reutilizables ayudan a acelerar la entrega frente al desarrollo tradicional.
Cuando los recursos técnicos escaseanSi el equipo de TI está saturado o no puede atender todas las solicitudes rápidamente, el low-code permite que otros perfiles (con supervisión y gobernanza) desarrollen soluciones simples sin depender exclusivamente de desarrolladores.
Para aplicaciones internas del negocioLas apps que automatizan procesos internos, flujos de trabajo, formularios, aprobaciones y casos suelen encajar muy bien con low-code, pues sus requisitos muchas veces no demandan personalización profunda ni lógica muy especializada.
Para prototipos y pruebas de conceptoCuando quieres validar una idea o funcionalidad con usuarios antes de invertir en desarrollo completo, el low-code permite construir versiones funcionales rápidamente y recibir retroalimentación temprana. Forrester promueve estas plataformas como herramientas para experimentar, prototipar y entregar apps en días o semanas.
Cuando la complejidad técnica es moderadaSi la aplicación no exige algoritmos altamente especializados, rendimiento extremo o soluciones muy a medida, low-code puede cubrir la mayoría de los requerimientos. Pero si el proyecto demanda alta personalización, puede que parte del desarrollo deba realizarse fuera de la plataforma low-code.
Cuando se puede establecer una gobernanza de desarrolloPara asegurarse de que las apps creadas bajo low-code cumplan estándares de seguridad, mantenimiento, integraciones y calidad, es necesario que exista un marco de gobernanza (políticas claras, roles de revisión, supervisión de arquitectura, estándares de datos). Al aplicar low-code sin gobernanza, es mayor el riesgo de proliferación de soluciones descontroladas o “shadow IT”.
¿Qué problemas soluciona el low-code?
Las herramientas low-code son la respuesta cuando te enfrentas a retos como cuellos de botella de TI, escasez de talento, tiempos de desarrollo largos, flujos de trabajo manuales o existen brechas entre el negocio y el área de TI, debiendo traducir procesos a modelos ejecutables y comprensibles.Para hacerlo práctico, algunos casos de éxito resueltos con el low-code de Outsystems, herramienta que recomendamos en INGESIS, son:
Escalabilidad de plataforma e-commerce para altas demandas y unificación de frontend/backend: La empresa de retail y comercio electrónico PLUS, en Países Bajos, combinó la herramienta de low-code con componentes de backend especializados para atender la creciente demanda de casi 25 millones de usuarios al año, es decir transacciones por unos 180 millones de euros. Además, redujo el esfuerzo de mantenimiento de una sola base de código, en lugar de tres equipos separados.
Modernización de procesamiento de reclamos, automatización y uso de IA: En Austria, la oficina de atención al consumidor, construyó con Outsystems una suite modular de apps con integración de IA generativa para manejar reclamos, comprobar documentos y ofrecer portales al público. Con esto logró reducir los tiempos de proceso, mejoró la eficiencia en equipos legales y la modularidad para ampliar el sistema a nuevos casos y regiones.
Mejor experiencia del cliente y empleado, integración con sistemas existentes: Para Puratos, industria de alimentos en Guatemala, la adopción de la herramienta Outsystems le permitió construir aplicaciones de uso interno para su integración con ERP y CRM. Esto les ayudó a mejorar la integración, agilidad para construir nuevas aplicaciones y capacidad de responder más rápido a las necesidades del negocio.
Digitalización de procesos de ventas y eliminación de documentos en papel: McMillan Shakespeare Group se dedica a la prestación de servicios varios en Australia y al desarrollar dos aplicaciones con low-code para la digitalización de pasos operativos, logró reducir tiempos, visibilizar el proceso y reducir pasos manuales, además de eliminar papel.
79% de los usuarios de low-code reporta la reducción de costos operacionales. Encuesta The Low-Code Perspective.
Desde la perspectiva de los retos que puede afrontar cada sector o industria, el low-code permite:
La modernización de trámites, formularios y servicios (sector público).
La digitalización de datos en laboratorios, análisis de datos sanitarios con plataformas colaborativas (salud y ciencia).
La automatización de procesos internos y aplicaciones específicas para comunidades educativas: alumnos y docentes (colegios y universidades).
El desarrollo de aplicaciones internas, portales y automatización de operaciones (empresas varias, desde finanzas, hasta retail y telcos).
Sin embargo, es necesario decir que el low-code no es la mejor opción cuando no hay estándares de arquitectura, seguridad o ciclo de vida; en proyectos altamente específicos o cuando se requiere el cumplimiento de varios controles. En estos últimos casos, el desarrollo debe asegurarse con el cumplimiento de políticas.
Retos que en definitiva puede resolver el low-code
Resumiendo las ventajas del código bajo o low-code, como velocidad y menor costo inicial en comparación con el desarrollo tradicional, mayor productividad al reutilizar bloques preconstruidos, accesibilidad para equipos no expertos, escalabilidad y seguridad gestionable, se puede implementar con éxito para:
Mejorar la gestión y reemplazar procesos legados.
Acelerar aprobaciones y reprocesamiento de documentos.
Reducir tiempo en gestiones como contrataciones.
Unificar y optimizar procesos fragmentados entre diferentes sistemas.
Modernizar y ofrecer visibilidad sobre desarrollos.
Gestión de procesos administrativos y reducción de tiempos en trámites manuales.
Optimizar y hacer más seguros procesos con múltiples pasos y demoras.
Transparencia y trazabilidad de operaciones, especialmente en el sector público.
Modernización de sistemas como CRM y procesos colaborativos.
En resumen, el low-code se posiciona como una herramienta clave para organizaciones que buscan rapidez, flexibilidad y eficiencia en el desarrollo de aplicaciones, sin perder de vista la calidad y la capacidad de escalar hacia proyectos más complejos.Solicita tu demo de nuestra plataforma low-code y transforma tus ideas en soluciones reales en semanas y no en meses: